
Colocó al humor en un escalón lejano a la banalidad y al chiste sencillo.
Exitoso, brillante, oportuno, inteligente, culto y digno del aplauso.
Logró hacer las entrevistas más destacadas, con un respeto y un código profesional único y envidiable.
El humor hoy calla y siente profundo.
El petiso cumple su sueño de por fin reirse de todos desde un lugar más alto.
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