lunes, 18 de abril de 2011

HÉCTOR LARREA: LA LEYENDA CONTINÚA

DEBERÍA FIGURAR EN EL LIBRO GUINNESS: HÉCTOR LARREA (72 AÑOS), TRAS SU EXPERIENCIA EN LA PROPALADORA DE SU BRAGADO NATAL, SE RECIBIÓ DE LOCUTOR EN 1961 Y, A PARTIR DE ESE MOMENTO, NO DEJÓ EL MICRÓFONO. FUE EL CREADOR Y CONDUCTOR DE UN PROGRAMA ÚNICO: “RAPIDÍSIMO”, QUE PASÓ POR EL MUNDO, CONTINENTAL Y RIVADAVIA.Desde hace 8 años conduce por Radio Nacional Una vuelta nacional, donde mantiene su estilo y personalidad. Su cordialidad y sencillez le han deparado el respeto, la consideración y admiración de público y colegas. Se define como un simple locutor que ha tenido mucha suerte en la vida. Junto a La Nacion y con emoción, repasó su carrera y también hechos significativos de su vida.

Larrea entra puntualmente con anteojos oscuros en el estudio donde conduce su ciclo de lunes a viernes, de 9 a 12. Al rato se pone el sombrero panamá que era de su padre y comienza un ciclo que funciona con precisión suiza.

-¿Sos consciente de que no muchos cumplen cincuenta años frente al micrófono?
-No creo que sea mucho. Y tampoco es ningún mérito que haya cumplido muchos años. Tengo suerte, la suerte de mantener las ganas de ver, de investigar y andar. Eso no lo perdí. Si perdés las ganas, más vale que te retires. Lo que hago es inquieto. Tengo la sensación de estar efectivamente en actividad, de no durar. Vale para todas las profesiones. Quizá lo que ayuda en mi caso es la inmadurez, aunque no total. Ser un ser absolutamente inmaduro e irresponsable echa todo por la borda. Es necesario un poquito de irresponsabilidad.

-Te recibiste en el ISER, en 1961, habías dejado Bragado...
-En Bragado trabajaba en una propaladora. Cobrábamos cinco pesos la hora, que es lo que me daban a mí. Estábamos horas y horas. Eso fue útil: terminabas cansado, pero nunca me dolió la musculatura del cuello, ni la laringe o la faringe; en aquel momento no sabía, pero había impostación o colocación natural. Y respecto a mi trabajo radial, trabajé en El Mundo, después pasé a Continental y a Rivadavia. Estuve dos años en Continental, con Rapidísimo . Antes pasé por muchas radios chicas, porque nadie me daba trabajo. Estuve un tiempo en Splendid, pero no les interesaba tenerme, y a mí tampoco me interesaba hacer ese trabajo, por rutinario. Yo quería comunicar cosas. Aparte, era medio mal llevado para recibir instrucciones. Sí, conseguía trabajos, era cuando me daban plenos poderes y ahí armaba todo y me contrataban porque trabajaba de una manera especial. ¿Cómo era el negocio? Los operadores de la radio también organizaban bailes. Les hacían programas de difusión exclusivos a los artistas. Hasta ese momento, ellos ponían un locutor de la casa y le daban unos mangos. Los artistas le daban una fecha gratis por mes, y ellos lo promocionaban, nada más. Hasta que llegué yo, que hacía notas, las compaginaba, les daba bola a los artistas, y ellos valoraban eso, porque hablaban de sus discos, de quién dirigía o arreglaba. Eso me dio autonomía, pero no era lo que yo quería: yo quería hacer Rapidísimo.
-¿Cuándo empezó? En el 69. Yo le pedía al gerente artístico de Radio El Mundo que me diera media hora que le sobrara, pero no pasaba nada. "¿Sabés por qué no te van a dar lugar? Porque no tenés el poder de la TV", me decían mis amigos. Me aconsejaron que me pusiera en línea, que bajara unos kilos y fuera a trabajar a la pantalla. Hice lo que me dijeron. Cuando pedí de nuevo, lo conseguí. Es impresionante el poder que te da la televisión, te cambia la vida. Y allí comencé con El mundo del espectáculo , Norteamérica canta . En un lapso de seis meses, el gerente ya me miraba con otra cara. Me dieron media hora, que al tiempo se hizo una y luego dos. Como Continental se estaba fundiendo, aunque tenía una potencia bárbara, le ofrecimos Rapidísimo . Hicimos una coproducción. El programa levantó, íbamos por la mañana. Al principio era 50-50, pero al final del primer año la radio nos ofrecía el 10 o el 20% de las ganancias. No acepté y volví a la indigencia.
Por Fernando Bravo
Fuente: diario "La Nación"
Más información: www.lanacion.com.ar

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